Que el vino es un sector en el que España es famosa, no solo por la calidad de los caldos, sino también por la gran capacidad para promocionar y exportar dichos caldos, constituyéndonos así como una potencia vinícola capaz de generar tendencias que siguen otros exportadores.
Los consumidores son los principales beneficiarios de esta exportación, pero también de la importación. Porque a pesar de los excelentes vinos de nuestro país, hay otros vinos extranjeros que también son muy buenos, y no hay que desprestigiarlos, porque en la variedad está el gusto.
Pero centrándonos en el hábito del consumo del vino, falta mucho por mejorar la conservación del mismo. Existen muchos consumidores que invierten bastante dinero en vinos caros y no los conservan de manera adecuada, siendo esto malo para el propio caldo, pues no se permite obtener todos los matices de estos vinos. Aunque lo cierto es que, los vinos de precio medio y bajo también pueden acrecentar sus matices si la conservación es buena, pues guardar un vino en el armario no es suficiente.
Aquí la solución es introducir los armarios y bodegas climatizadas, que utilizan los restaurantes para poder ofrecer a sus clientes los mejores vinos en su mejor estado de conservación. Lo más sorprendente es que no es tan caro instalar uno de estos armarios climatizados en casa, encargándose de esta tarea Vicave, una empresa especializada en ofrecer soluciones totalmente personalizadas como estas vinotecas a medida, con materiales y acabados únicos.
A continuación, vamos a ver porqué estos armarios y bodegas climatizados son la mejor solución para conservar el vino. Vamos a ver cuáles son los principales cuidados que necesita un vino para que su conservación sea la más adecuada para disfrutar de los caldos.
Características de los armarios y bodegas climatizadas
Los factores más importantes que conviene regular para la buena conservación del vino son: la temperatura, la humedad, la ventilación, la oscuridad, y finalmente, la ausencia de vibraciones.
La Temperatura: El vino, al ser un producto vivo, biológico, experimenta durante su guarda una serie de reacciones químicas que determinan su evolución. Esta evolución debe ser lenta y uniforme. Entre los factores que aceleran estas reacciones químicas se encuentran la temperatura elevada y los cambios bruscos de esta. Así pues, para que esto no ocurra debemos guardar el vino a una temperatura relativamente baja y sobretodo constante. Una temperatura de almacenamiento equilibrada estaría entre los 14 y 16ºC.
La Humedad, junto con la temperatura, la humedad es un factor determinante en la conservación de los vinos. Su importancia es debida al tradicional sistema de cierre de las botellas: el corcho. Así es, el corcho es un elemento natural poroso y elástico, y que necesita un grado de humedad constante de entre el 65 y 75% para cerrar la botella en óptimas condiciones. Una humedad relativa más baja provocaría la desecación y contracción del corcho, poniendo el vino en contacto directo con el aire. Una humedad más alta, el enmohecimiento de este, generando malos olores y eventuales contaminaciones bacterianas. Otro factor a tener en cuenta en cuanto a la humedad del corcho es la posición de las botellas. La posición horizontal de almacenamiento mantiene el corcho húmedo en su parte interior favoreciendo el cierre perfecto de éste.
La Ventilación es otro de los factores que inciden en la guarda de un vino debido a su sistema de cierre. El vino se dice que «respira» por el corcho. De esta manera, es preciso que el aire que envuelve nuestro vino sea limpio, sin malos olores ni contaminaciones que puedan pasar al interior de nuestras.
La Oscuridad. De la misma manera, debemos tener en cuenta que la luz, concretamente los rayos ultravioleta, van a dañar a nuestros vinos dándoles el característico aroma oxidativo que en Francia llaman «gout de lumière»; sobre todo en blancos, en los que además, la luz hace evolucionar en exceso el color.
La ausencia de Vibraciones. Para el perfecto envejecimiento de un vino, éste debe preservarse de vibraciones que agiten el contenido de las botellas. Sobre todo en vinos tintos. Las vibraciones constantes afectan al color, atenúan la brillantez. Es lo que se suele llamar la «fatiga» del vino. Un factor muy a tener en cuenta sobretodo en armarios climatizados pues los motores de estos deben estar bien aislados mecánicamente del receptáculo donde se aloja el vino.