Viajar no solo es visitar lugares que capten nuestra atención por su riqueza cultural o sus atractivos turísticos al uso: playas, ocio, hoteles, etc. Viajar es enriquecerse, vivir experiencias y aprender de otros. Puedes elegir entre un amplio abanico de destinos turísticos, las posibilidades son infinitas y diferentes entre sí, aunque sea por mínimos detalles. Sin embargo, hay dos cosas que no pueden faltar en ningún viaje: el alojamiento y la comida.
De estos dos aspectos se derivan dos tipos de turismo, cada vez más demandados. Puede parecer que sea una novedad cuando en realidad, ambos tipos de turismo, existen desde los orígenes de los viajes de ocio. Siempre ha habido quien buscara alojamiento rural, aunque fuera por la economía y aunque no se llamará rural, si no irse al pueblo a pasar unos días. Gracias a las etiquetas de las que disponemos hoy, las escapadas a un pueblo no significan decadencia o falta de recursos: implica buen gusto y ser amigo de la naturaleza y los entornos más relajados.
En lo que a gastronomía se refiere, el ser humano no puede evitarlo y necesita comer. Nunca han faltado en unas vacaciones, alguna visita a un lugar que ofrezca la mejor de las comidas de la zona. Ahora, a ese hecho, se le denomina turismo gastronómico. A diferencia de unos años atrás, en la actualidad, la combinación de estos dos tipos de turismo, es el súmmum de una escapada o unas vacaciones.
Entorno natural y gastronomía, todo un lujo para los sentidos.
Los amigos de Rural Zoom, entienden y mucho de este tipo de turismo. Hablando con ellos, hemos descubierto que uno de los destinos que mejor combinan el turismo rural y el gastronómico, es el País Vasco, casi un firmamento de estrellas Michelin se esconden tras los fogones de esta Comunidad Autónoma. Además de contar con un entorno privilegiado donde la vanguardia y la naturaleza se conjugan sabiamente sin romper con la esencia de la propia tierra.
Sin más preámbulo, vamos a pasearnos por algunas de las rutas gastronómicas que se pueden encontrar en Euskadi. De esta manera, es como mejor se descubren los secretos gastronómicos y la variada cocina vasca. Desde la más tradicional hasta la más sofisticada. Desde pintxos hasta estrellas Michelin. Los destinos rurales en concreto, los dejamos para otro momento.
Bilbao
Pasear por esta ciudad es empaparse de cultura, el Guggenheim, el puente Zubizuri o los Fosteritos, son algunos de los emblemáticos edificios que preceden al casco antiguo, donde la visita obligada, te lleva al Mercado de la Ribera. En este mercado a orillas de la Ría, el mercado cubierto más grande de Europa, se reconoce la calidad de la materia prima que utilizan los mayores exponentes de la cocina vasca en sus elaboraciones.
En una calle cercana, las mejores barras de pintxos de Bilbao, esperan a los visitantes para que degusten sus especialidades a modo de aperitivo o tardeo. Esta parada obligada, solo es la antesala que precede a una buena comida o cena. No en vano, en la villa bilbaína, se encuentran algunos de los restaurantes con estrella Michelin donde se puede (y se debe) degustar la cocina de autor más afamada.
Gernika – Bakio
Para aquellos afortunados que puedan pasar un lunes en esta ciudad, a la que ese famoso cuadro hace referencia, la visita a su mercado no puede faltar. Los más de trescientos puestos que instalan, ofrecen los mejores productos elaborados en los caseríos del lugar. Una excelente selección de productos con sello de calidad y por supuesto, pimientos de Gernika.
No puede faltar un poco de cultura, entre pintxo y pintxo por los bares de la villa, la Casa de Juntas o los Museos de la Paz o Euskal Herria no pasan desapercibidos.
Antes de volver a la casita rural, una visita a las bodegas de Txacoli, mostrarán sin tapujos como se elabora el renombrado vino, al tiempo que degustas alguno de sus productos típicos.
La costa vasca y sus pueblos pesqueros en San Sebastián
No solo vamos a dar gusto al paladar adentrándonos en la gastronomía vasca, nuestros ojos gozaran de las bellas vistas de la costa y el litoral que se recorre para visitar los puertos pesqueros. Color y sabor llenan estos lugares, donde la cultura marinera se plasma en su gastronomía. Restaurantes y asadores que ofrecen los platos más típicos de la gastronomía vasca: bacalao al pil pil o marmitako no pueden faltar en la degustación.
El referente de la gastronomía internacional en el que se ha convertido San Sebastián, cuenta con la mayor concentración de estrellas Michelin por habitante de todo el planeta. Esto implica pararse en alguno de sus restaurantes y no irse sin probar alguno de los platos estrella de la carta.
Pasaia – Hondarribia – Astigarraga
Estas localidades cercanas a San Sebastián, no pueden faltar en la ruta gastronómica. Su encanto marinero, sus espectaculares puertos y el abrigo de los acantilados con el que cuentan, ofrecen un paraje singular en el que hacer un alto para degustar alguno de los vinos de la zona con un pintxo o dos, antes de continuar hasta una visita obligada: el Museo de la Sidra.
En este extraordinario lugar, el menú no tiene desperdicio: tortilla de bacalao, bacalao frito, en salsa o con pimientos, chuletón a la brasa y de postre, queso con membrillo y nueces. Querrás volver a los acantilados a pie para poder digerirlo todo.
Tolosa – Ordizia
En el norte, priman los mercados. Tolosa cuenta con uno de los más importantes. Si andas por las vascongadas un sábado, no dudes en visitarlo. Encontrarás en sus puestos, productos de gran calidad, autóctonos y a buenos precios. Alubias de Tolosa o guindillas de Ibarra, no pueden faltar en tu cesta, además, solo aquí encontrarás sus dulces típicos: xaxus, tejas y cigarrillos. Su Museo de la Confitería hará las delicias de los más golosos.
Ordizia, cuenta con uno de los mercados más antiguos del País Vasco, todos los miércoles desde el año mil quinientos doce ni más ni menos, se celebra el mercado donde puedes encontrar los mejores productos locales. También en esta localidad puedes visitar el Centro de la alimentación y gastronomía D´elikatuz, donde puedes conocer en mayor profundidad los productos más tradicionales de la cultura vasca y por supuesto, los secretos del queso Idiazabal.
Salinas de Añana – Vitoria/Gasteiz
El Valle Salado de las Salinas de Añana hará las delicias de los más sibaritas. En estas salinas, se producen varios tipos de sal que cuentan con una excelente calidad. Su producción artesana a través de un sistema de eras y canales, han convertido este insólito paraje en un espectáculo visual. Puedes visitar su spa salino y hacer una cata para después adquirir alguna de sus sales.
La capital de Euskadi, Vitoria, cuenta en su historia con un claro origen medieval que se deja ver y sentir en sus calles. A través de sus platos puedes adentrarte en esa tradición que la acompaña desde entonces: revuelto de perretxikos, cocido vitoriano, habitas a la vitoriana o pencas de acelga rellena, te transportarán a otra época.
Labastida – El Ciego – Laguardia
Seguimos la ruta hacia la Rioja Alavesa. Zona de viñedos y por ende, de grandes vinos. Visitar alguna de las bodegas de esta parte del País Vasco es otra de las paradas obligadas.
En las mismas bodegas, los menús ya ofrecen lo mejor de la gastronomía vasca: patatas a la riojana y chuletillas de cordero, regadas con un buen caldo e incluso, propuestas de más alto nivel, vanguardistas e innovadoras para paladares más exigentes.
En El Ciego, se encuentra la popular bodega del Marqués de Riscal, cuyos vinos cuentan con un gran renombre, además de ser una de las bodegas más espectaculares.
Para finalizar, una parada en Laguardia para degustar lo mejor de la gastronomía alavesa con un aire innovador, además de poder hacer una cata en la prestigiosa bodega de autor Ysios.
No es de extrañar que hablar de Euskadi, sea hablar de gastronomía. El País Vasco, cuenta no solo con estrellas Michelin que al fin y al cabo, son premios que otorgan prestigio pero como todo premio, cuenta con su punto subjetivo. Los gustos personales de cada uno, pueden diferir notablemente. No en vano, a muchos comensales, la comida fusión, la vanguardista o la minimalista, les inquieta más incitarles a probar sus platos.
Ese factor añadido con el que cuenta la gastronomía vasca es la cantidad, no escatiman en sus raciones, algo que al comensal atrapa. Raciones generosas, bien presentadas y elaboradas son el gancho de la gastronomía más representativa del país a nivel internacional.
Para los amantes del turismo rural y gastronómico, no puede faltar una ruta por las vascongadas. Aunque esta parada no desmerece a otras, visitar España de cabo a rabo para disfrutar de sus parajes y su cultura gastronómica, debería ser obligado para todos los españoles que quieran conocer lo mejor de cada tierra.
Tras este recorrido por esta particular comunidad con denominación de origen propia, hemos comprobado porque su gastronomía gusta tanto. Ofrece variedad, calidad y novedad dentro de un marco de tradición.