Cuando piensas en la costa alicantina, se te viene a la cabeza la imagen de un turismo masificado. En los hechos, no es del todo cierto. Alicante ofrece instalaciones exclusivas con servicios de alto nivel para los turistas más exigentes.
Lo viene haciendo desde principios del siglo XX. Si caminas por la Rambla de Alicante y por la parte más antigua del Paseo Marítimo te verás rodeado por edificios modernistas y neoclásicos, con cierto pedigrí, que dan a entender el nivel adquisitivo de los visitantes que llegaban en aquella época.
Si la playa de la Concha de San Sebastián, era el lugar escogido por el rey Alfonso XIII para veranear, esta parte del casco antiguo de Alicante, construida en la misma época, le va a la zaga. Parece como si junto a la playa del Postiguet, al lado del puerto deportivo, se alojaran empresarios adinerados y altos funcionarios del Estado, en la España de principios del siglo XX.
Esto lo subraya la construcción de La Plaza de los Luceros. Inaugurada en 1930, pero proyectada unos años antes. Una plaza rodeada de palmeras, dispuesta en torno a una fuente modernista con un gran monumento escultórico en el centro. En él destacan las 4 imágenes femeninas y la escultura de los 4 caballos, que parecen que se han detenido junto a la fuente. Un oasis artificial en el que confluyen cuatro importantes avenidas de la ciudad.
Hoy, las nuevas áreas de lujo, se alejan del centro y se inclinan hacia espacios próximos a la Playa de San Juan y a la montaña, apartados de las zonas masificadas. Con unas vistas envidiables y unos servicios de alta calidad, que atraen al turismo más selecto. Es el caso de Alexandra, una turista del norte de Europa, que estaba barajando comprar un chalet de lujo en Mallorca. Cuando se puso en contacto con Mar & Golf, una inmobiliaria especializada en chalets frente al mar en playa de San Juan, terminó por decantarse por Alicante. Un ejemplo de la apuesta que está haciendo la costa alicantina por el turismo de alto nivel.
Proyectos interesantes.
En esta línea cabe destacar la Urbanización Alicante Golf. Una urbanización de chalets que bordea un campo de golf ubicado a medio camino entre el núcleo urbano y la playa de San Juan. Está conformado por amplias y luminosas viviendas unifamiliares, con un diseño actual y unos materiales de primera calidad. Disponen en su interior de una piscina particular y una amplia terraza que ofrece una vista panorámica al campo de Golf.
Otro lugar interesante es el Cabo de las Huertas, al noroeste de la bahía de Alicante, convertido hoy en un barrio exclusivo. Un rincón que cautiva por sus impresionantes vistas al mar, sus playas de aguas cristalinas y sus zonas verdes. Allí se encuentran casas de reciente construcción, diseñadas para aprovechar al máximo la luz solar y que suelen disponer de jardín y piscina privada.
También cabe destacar el campo de Golf de la Playa de San Juan, un campo diferente de Alicante Golf, que ha aglutinado a su alrededor un complejo de chalets adosados con vistas al green. Este es uno de los campos de golf más prestigiosos de la comunidad valenciana. Fue diseñado por Severiano Ballesteros y dispone de 18 hoyos. A pocos minutos en coche, encontramos la playa de San Juan, un punto neurálgico de la costa de Alicante, con una amplia variedad de espacios de restauración y ocio.
Buena parte de los municipios de la Costa Blanca disponen de zonas reservadas para turismo de lujo. Podemos encontrar urbanizaciones de este tipo en Altea, el Campello, Denia, Jávea, Calpe, etc.
Redescubriendo la Costa Blanca.
En un interesante artículo, la revista Vogue hace un recorrido por la Costa Blanca alicantina huyendo de la imagen de turismo masificado y presentando rincones llenos de encanto y romanticismo. La Costa Blanca, con más de 244 kilómetros de litoral, se extiende desde Pilar de la Horadada, al sur, limitando con la Región de Murcia, hasta Denia, en el Norte. Para descubrirla, Vogue nos sugiere tres alojamientos singulares:
- El Hotel Meridional, en Guardamar del Segura. Se trata de un Hotel resort de 4 estrellas donde se respira un lujo discreto y un ambiente relajado e íntimo. Un establecimiento tranquilo y acogedor que huye del ritmo frenético que se respira en gran parte de los destinos playeros. Es conocido por su jacuzzi, su coctelería para la tarde noche y sus dos restaurantes gastronómicos, siempre cuidando que el aforo no esté sobrecargado.
- Hort de Nal (Elche). Se trata de un selecto hotel situado en el interior del palmeral de Elche, diseñado por el arquitecto Antonio Serrano Bru en los años 70, en la residencia de un importante empresario de calzado de la ciudad. El Palmeral, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un anillo de palmeras que rodea Elche. Un espacio natural de gran belleza que la especulación urbanística no ha sido capaz de derribar y que representa un oasis de vegetación único en Europa, digno de visitar.
- Hotel Boutique de la Isla de Tabarca. Está ubicado en la fortaleza de la Casa del Gobernador, construida en el siglo XVIII. Tabarca es una pequeña isla situada frente a la costa de Alicante que cuenta con una población estable de 60 personas durante todo el año. Se accede a ella mediante ferris que parten de los puertos de Alicante y Santa Pola. Es conocida por sus playas semisalvajes, no urbanizadas, por ofrecer un espacio idílico para practicar el submarinismo y porque en sus restaurantes-chiringuitos, situados en la playa, se puede comer uno de los mejores arroces con bogavante del Levante.
La Costa Blanca es mucho más que sol y playa. Sorprende por su rica oferta cultural. Por los castillos-fortaleza que se observan por toda la costa, que sirvieron durante siglos para proteger a las poblaciones de los ataques de los piratas mediterráneos. En Alicante encontramos los castillos de Santa Bárbara y San Fernando, y en Santa Pola su famosa fortaleza.
Son apreciadas sus fiestas populares. Como las Fogueres de Sant Joan en Alicante, declaradas bien de interés turístico nacional, o las fiestas de Moros y Cristianos de Villajoyosa. Y desde luego, por su riqueza gastronómica, donde puedes degustar riquísimos arroces que solo se elaboran en la provincia, como el arroz a banda, el arroz con costra o los calderos de arroz meloso al estilo alicantino. Con una amplia oferta de buenos restaurantes que los cocinan.
Una reflexión sobre la industria turística.
Con los precios, un 15% más caros que el año pasado, por la inflación, en lo que llevamos de año, todo apunta a que en el 2023 vamos a tener unos niveles de ocupación y una facturación derivada del turismo superior a los años previos a la pandemia. Los mejores años que se recuerdan para el sector. Lo que atrae al visitante no son los precios, sino el entorno y el servicio. Esto hace pensar que España es un destino competitivo para el turismo de lujo y de calidad.
Cuando terminó la pandemia del COVID-19, algunos empresarios estaban preocupados por el auge de determinados destinos más baratos, como Turquía o Egipto. Nuestro sector turístico, lejos de verse resentido, está batiendo récords históricos, y eso que se ha visto obligado a subir los precios por las circunstancias.
Según el Instituto Nacional de Estadística (I.N.E.) cada vez llegan más turistas a España que gastan más. El periódico Voz Pópuli lo atribuye a que el perfil de turista que llega a nuestro país está cambiando. España no atrae a un turista Low Cost, sino a un veraneante que quiere disfrutar unos servicios de calidad, el tiempo de ocio que tiene disponible.
La mayoría de turistas proceden de Alemania y del Reino Unido, a ello añadir la recuperación de los turistas de Países Bajos y de los países escandinavos. Sin embargo, queda todo un mercado por explotar. Se trata de los turistas que proceden de Rusia, China y Estados Unidos. Viajeros que se corresponden con el perfil de turista que llega a España. Es cierto que vienen visitantes de estos países, pero es un mercado en el que la oferta turística española necesita más presencia.
En el mercado turístico internacional, España debe competir en criterios de servicio y de calidad, no tanto de precio. Esto hace que deba centrarse más en el turismo de lujo. Fundamentalmente porque puede.
España tiene una oferta irresistible, que incluye las condiciones climatológicas, su extenso litoral y también su riqueza cultural, gastronómica y monumental. Por otro lado, tiene una infraestructura turística consolidada, que incluye hoteles, zonas urbanizadas para comprar o alquilar, servicios estables en las zonas turísticas, restauración, áreas comerciales, espacios de ocio y un personal cualificado para atenderlo.
La marca España es símbolo de calidad. El turista que llega a nuestro país sabe lo que se va a encontrar. Un entorno incomparable, en el que va a recibir un trato exquisito en el que no le va a faltar de nada. El turismo de lujo está en auge en España. Una opción que debemos seguir potenciando.