Con fecha 11 de marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determina que el Covid-19 puede considerarse una pandemia, ante su preocupación por los alarmantes niveles de propagación del Covid-19, por su gravedad y también por los alarmantes niveles de inacción.
El Covid-19 es una enfermedad infecciosa altamente contagiosa, producida por un virus de la extensa familia de los coronavirus causantes de infecciones respiratorias. La principal forma de propagación es a través de las pequeñas gotas de saliva que una persona portadora del virus expele al toser o a través el contacto con una persona que tenga síntomas de fiebre o cansancio, si bien el contagio también puede realizarse a través de alguien asintomático.
Esta propagación del virus tiene una especial relevancia en las instituciones sanitarias, por la posible transmisión en los centros sanitarios u hospitalarios de paciente a sanitario, sanitario a paciente o incluso de paciente a paciente. Por ello se hizo indispensable establecer unas medidas de control y prevención que el Ministerio de Sanidad en su protocolo de actuación puso a disposición del personal sanitario y no sanitario dedicado a la atención de pacientes enfermos del Covid-19 o expuestos a entornos probablemente contaminados por el virus.
Así se determina que los casos probables o confirmados deberán ser atendidos en una habitación de uso individual con baño, en la que la puerta deberá permanecer siempre cerrada, evitando salidas innecesarias, en caso de traslado a otras dependencias para realizar pruebas médicas se le colocará al paciente una mascarilla quirúrgica.
El personal que se encuentre en triaje, así como el que no esté en contacto directo con el paciente, deberá mantener como mínimo una distancia de 1 o 2 metros y utilizar mascarilla y guantes, mientras que el personal sanitario que realice tareas de contacto directo con el paciente como toma de muestras clínicas del virus, atienda o traslade casos en investigación, tanto probables como confirmados o las personas que entren en una habitación de aislamiento, deberán llevar un equipo de protección individual (EPI) para protegerse frente al virus y prevenir la transmisión de la enfermedad.
Como norma general este equipo de protección individual se lo colocará el personal sanitario antes de entrar en la habitación del paciente, una vez utilizado se eliminará dentro de la habitación en un contenedor a este fin, excepto la protección respiratoria que se retirará fuera de la misma. El EPI estará formado por los siguientes elementos que cumplirán las siguientes funciones:
- Su función es actuar como barrera frente al virus, por lo que se utilizarán siempre que se presente alguno de los siguientes casos:
-contacto con mucosas.
-contacto con fluidos.
-contacto con piel no íntegra.
-manejo de dispositivos invasivos.
Una vez realizada la intervención, los guantes deben ser retirados tras su uso y siempre tras el contacto con cada paciente. Cambio de guantes si se rompen. No deben ser lavados o descontaminados con solución alcohólica. Una vez retirados los guantes se procederá al lavado de manos.
- Se utilizará una bata resistente a líquidos para prevenir la contaminación de la ropa en procedimientos que puedan generar salpicaduras de fluidos biológicos. En caso de grandes cantidades de secreciones o fluidos esta bata será impermeable y se desechará tras su uso.
- Protección respiratoria. Se utilizará una mascarilla quirúrgica durante procedimientos que puedan generar salpicaduras. En procedimientos que puedan generar aerosoles se utilizarán mascarillas de una alta eficacia, FFP2 o FFP3. Se deberá comprobar que está bien ajustada y que no sale aire por las zonas laterales.
- Gafas o protectores oculares. En los procedimientos que se puedan generar salpicaduras o en el caso que se vayan a generar aerosoles el personal sanitario llevará una protección ocular ajustada de montura integral o un protector facial completo.
Es por ello por lo que la demanda de equipos de protección individual y ropa de trabajo ha crecido tanto en los últimos meses. Así, DobleGe es una de las compañías que más está contribuyendo a frenar este problema ya que con su amplia experiencia en la venta de ropa de trabajo, son muchos los sectores como el sanitario, hostelería, limpieza, alimentación, etc. los que se han beneficiado de tener indumentarias que les han servido, además de para trabajar, para protegerse del virus.
Equipación indispensable para trabajo en cocina
La función principal de la ropa de trabajo del personal que trabaja de forma profesional en la cocina, es la de evitar ser una fuente de contaminación en las comidas, así como una protección del trabajador. Todo equipo de trabajo debe contar con:
– Calzado cómodo y antideslizante, fácil de limpiar y desinfectar.
– Gorro para recoger o esconder el cabello.
– Guantes, solamente en ocasiones especiales.
– Delantal o mandil. Indispensable en la cocina como sistema de protección contra las salpicaduras.