Las trituradoras son una maquinaria habitual en la industria que está jugando un papel importante en la economía circular. En una industria sostenible, en la que se buscan soluciones que no malgasten los recursos naturales y donde se cuida el medio ambiente, instrumentos como esta maquinaria cobra un papel más relevante si cabe.
Para quien no lo sepa, la economía circular es un modelo económico basado en reutilizar y reciclar los recursos ya empleados. Desde este planteamiento, los residuos industriales y urbanos pasan a ser utilizados como materia prima para producir nuevos productos. De esta manera, contaminamos menos el planeta y no malgastamos los recursos naturales.
Las trituradoras son máquinas que se encargan de procesar diferentes materiales para reducir su volumen. Así, por ejemplo, en la minería, las piedras de una cantera se trituran en estas máquinas para que ocupen menos espacio o para producir polvo o arena que se utilizará como material de construcción.
Como nos dicen los técnicos de Smartcrush, una empresa europea con fábricas en España, que se dedican desde 1974 a fabricar y distribuir estas máquinas para la industria, las trituradoras son una maquinaria versátil. Se utilizan en la minería, en la construcción y en las plantas de tratamiento de residuos.
Si antes eran importantes porque reducían el tamaño de los residuos, ahora lo son más aún, puesto que gracias a ellas muchos de estos desechos se pueden reutilizar. Las trituradoras industriales es una maquinaria que encaja a la perfección dentro del planteamiento de la economía circular. Lo vemos en algunos ejemplos prácticos.
Las trituradoras en las plantas de reciclaje.
Como podemos ver en el portal Interempresas, las trituradoras ocupan un rol fundamental en las plantas de reciclaje. Con ella se pueden procesar residuos de chatarra, aluminio, cobre, latón, plástico, vidrio, madera, neumáticos, restos orgánicos, etc. La trituración de los residuos es uno de los primeros pasos para poder reciclarlos.
Prácticamente, cualquier material fabricado por el hombre se puede triturar. Aunque el funcionamiento de estas máquinas es semejante, su potencia y su estructura interna varían de unos materiales a otros. Como es lógico, no se puede utilizar la misma trituradora para triturar runas de obra que para moler plástico.
Aun así, podríamos decir que el proceso de trituración en una planta de reciclaje sigue los mismos pasos. Son los siguientes:
- Pretratamiento. Una vez han llegado los residuos a la planta, primero se separan por grupos, según su naturaleza. Esta es una división que se realiza principalmente de forma manual. En algunos materiales, como el reciclado de plástico, también se procede a su limpieza antes de comenzar la trituración.
- Revisión. Los residuos que se han separado en grupos, pasan por una cinta mecánica en la que se eliminan aquellos objetos que se hayan colado indebidamente. Se debe procurar que las remesas que llegan a la trituradora sean lo más uniforme posible.
- Pulsado. Los residuos se prensan en balas que se pueden atar con alambre o con cordón en función del material, o se guardan en gavetas, para facilitar su manipulación y almacenaje.
- Detección de metales. Si estamos trabajando con residuos no metálicos, como puede ser el vidrio o la madera, las balas desmenuzadas pasan por una cadena mecánica provista de imanes para separar posibles trazas de metal que existan. Esto se hace para cuidar las cuchillas de la trituradora y para mejorar la muestra.
- Triturado final. Finalmente, el material pasa por una trituradora que convierte los residuos en virutas o polvo. La materia prima que servirá de base para fabricar nuevos productos.
Transformación de runas de obra en material de construcción.
Como bien aclara el blog Iresiduo, los residuos se pueden convertir en material de construcción. El artículo publicado en este blog sobre reciclaje se centra en el tratamiento de residuos agrarios, pero la buena noticia es que las runas de obra se pueden transformar en material para nuevas construcciones en lugar de terminar en una escombrera.
El paso previo está en la separación de los escombros según materiales. Cada tipo de residuo nos servirá para obtener un producto diferente.
El hormigón, por ejemplo, se puede moler en trituradoras especiales con las que se pueden obtener agregados reciclados que nos servirán como ingrediente para fabricar cementos.
Por supuesto, los metales, como el acero y el aluminio, se separan, se trituran y se funden para fabricar nuevas estructuras.
Los elementos de madera se pueden reacondicionar para carpintería o para elementos estructurales.
El PVC, bastante presente en la construcción, por ejemplo en las tuberías, se puede separar, triturar y volver a utilizar para fabricar nuevos componentes de PVC.
Los otros residuos que proceden de la demolición de un edificio se trituran para obtener áridos que se incorporan al asfalto y bases de carreteras.
Hasta la piedra se puede triturar para obtener gravilla que tiene varios usos dentro de la construcción. Como el embellecimiento de fachadas.
Todo esto nos da una idea de la importancia que tienen las trituradoras en el tratamiento de residuos industriales y de cómo el hombre puede construir nuevos edificios aprovechando en gran medida las runas de edificios antiguos y demoliciones.
El reciclaje de residuos en la agricultura.
Los residuos agroforestales ya se utilizan en diferentes ámbitos como la producción de piensos, la fabricación de lechos para animales y en la elaboración de abonos naturales para la agricultura. En la mayoría de estos procesos se trituran los residuos antes de reutilizarlos.
Hasta hace no mucho tiempo, los restos generados por tareas, como la poda o el arranque de malas hierbas, terminaban en la quema de rastrojos. Una actividad que vertía CO₂ a la atmósfera y que podía ser causa de incendios forestales. Poco a poco se están introduciendo otras prácticas para darle otra utilidad a estos desechos.
Se calcula que en un campo de cereales o de oleaginosas, el 80% del material cosechado son residuos. Es decir, no se utilizan para la producción. Son por ejemplo, los tallos, hojas y la parte externa de las mazorcas de maíz, la paja de la cebada y de la colza o los tallos de los arrozales. Todo un desperdicio de material.
Es tan importante este asunto que hasta la Unión Europea está poniendo en marcha programas para ver qué es lo que se hace con tal cantidad de residuos, como el proyecto R.E.H.A.P. (Systemic approach to Reduce Energy waste into High Added value Products.)
Una de las soluciones más habituales para estos residuos es la fabricación de abonos y fertilizantes de origen natural. Todos los residuos orgánicos, incluidos los desechos de los cultivos, se pueden compostar. El resultado obtenido es útil tanto para la agricultura como para la producción de energía, ya que sirve como combustible para generar electricidad por biomasa.
En algunas partes de Europa ya se están recogiendo residuos infrautilizados en la agricultura y selvicultura para la fabricación de celulosa. Con esto se consigue producir este material reduciendo la tala de árboles.
Hasta para una actividad tan habitual en algunas partes de nuestro país como es la poda del olivo, se han fabricado pequeñas trituradoras portátiles que muelen los rastrojos y los convierten en astillas que se pueden vender como pellets para estufas y calefacciones.
Desde luego a nuestros recursos agrarios podemos continuar sacándole bastante partido, incluido a los residuos. Todo es cuestión de continuar buscando soluciones y hacer que estas se hagan cultura en el campo.
Aprovechando y perfeccionando la tecnología que ya tenemos, como las trituradoras de las que hemos hablado en este artículo, continuamos avanzando hacia una industria más respetuosa con el medio ambiente.