Desde hace décadas los nutricionistas no paran de insistir en la necesidad de tomar 5 raciones de fruta y verdura al día. De las frutas, una de las más apreciadas es la naranja. Por su sabor, su disponibilidad durante todo el año y por sus grandes beneficios para la salud.
La naranja es la fruta más consumida en el mundo. Es rica en vitamina C, que refuerza nuestro sistema inmunológico, y en antioxidantes.
Parece que todo el mundo se ha puesto de acuerdo en fijar que un desayuno completo debe contener leche, hidratos de carbono y zumo de naranja recién exprimida. Puede llevar más alimentos, pero digamos que esos son los básicos.
A la leche se le suele añadir café o cacao soluble. Un excitante que hace que nuestro cuerpo despierte del letargo de la noche anterior y se ponga a funcionar.
Los hidratos de carbono, representados en tostadas, galletas o algún tipo de bollería, aportan los azúcares que iremos consumiendo con la actividad física e intelectual a lo largo de la mañana.
El zumo de naranja es un chute de energía que va directamente a nuestro cuerpo. En un vaso consumimos el zumo de tres o cuatro naranjas. Lo tomamos inmediatamente, antes de que se pierdan las vitaminas. Como si tomáramos un jarabe concentrado revitalizante.
El desayuno es la comida más importante del día. Es la que prepara a nuestro cuerpo para afrontar las mañanas, la parte de la jornada en la que solemos realizar las actividades más productivas.
Desde que nos levantamos hasta las dos de la tarde, nuestro cuerpo consume la mayor parte de las calorías. Necesitamos, por tanto, haberlo abastecido de nutrientes para que funcione adecuadamente.
De no ser así, podemos tener instantes en los que nos sentimos desfallecidos. Entonces tendemos a picar entre horas. Lejos de abastecer a nuestro cuerpo, lo que hacemos es acumular nutrientes que no consumimos y que transformamos en grasa.
Que se haya elegido la naranja para el desayuno, en lugar de otras frutas, se debe a su abundancia, su disponibilidad y los beneficios que reporta para el organismo.
Los beneficios de las naranjas.
La revista digital hispanoamericana People presenta un artículo muy interesante en el que enumera los beneficios para la salud que reporta consumir naranjas a diario. Algunos de ellos son de sobra conocidos, otros, un poco más ignorados. Nos vamos a centrar en 5 de ellos:
- Es una fuente de vitamina C. Es la característica más conocida de las naranjas. Actúa en el sistema inmunológico, en cuanto a que favorece la producción de proteína para reparar las células y los tejidos dañados. La vitamina C, por ejemplo, es clave para la buena cicatrización de las heridas. Las naranjas contienen además vitamina A, ácido fólico y cobre, que intervienen en la producción de glóbulos blancos de la sangre y en preparar a nuestro organismo para combatir procesos virales y bacterianos.
- Previene problemas cardiacos. Las naranjas son beneficiosas para el corazón, en cuanto a que contienen antioxidantes, ácido fólico y potasio, que protegen a las arterias de los radicales libres y de la oxidación del colesterol. El zumo de la naranja contiene vitamina B-9 y Pectina, que diluye y elimina el exceso de grasa que hay en el torrente sanguíneo y contribuye a la reducción del colesterol.
- Beneficios para el riñón. Relacionado con el punto anterior, comer naranjas es beneficioso para personas que suelen padecer con frecuencia molestias renales, como cólicos o formación de cálculos en el riñón. Esto se debe a que gracias a los principios activos del zumo de la naranja, la sangre entra al riñón para filtrarse menos densa y, por tanto, favorece el funcionamiento del órgano.
- Estimula la producción de colágeno. Los antioxidantes que contiene la naranja combaten la oxidación que provocan elementos perjudiciales como los radicales libres, la exposición al sol y los agentes contaminantes. Esto se refleja tanto en el interior del cuerpo como en el exterior. Tendremos una piel más luminosa. Además, estimula la producción de colágeno, lo que aumenta la elasticidad de la piel y refuerza las articulaciones.
- Protege la vista. La naranja es rica en Betacaroteno, una provitamina que aporta aproximadamente el 50% de la vitamina A que consumimos. Tiene un efecto directo sobre los órganos oculares, retrasa la degeneración visual por la edad y reduce el riesgo a padecer cataratas.
La naranja española es apreciada en todo el mundo.
Tenemos la suerte de vivir en un país productor de naranjas, con un producto valorado en todo el mundo por su calidad. Esto permite que podamos disfrutar de él sin que tenga que recorrer un trayecto largo de transporte, ni pasar por cámaras frigoríficas para conservarlo.
Cítricos Siscaret, los creadores de la web «Naranjas al Día», un proyecto de distribución de naranjas por internet, nos recalcan lo importante que es que llegue la fruta directamente del árbol a las casas. De esta manera se conserva todo su valor nutritivo.
El portal agrario trichodex.bio recalca que España es el principal exportador de naranjas del mundo. Tiene una producción anual de 3 millones de toneladas y una superficie de 140.000 hectáreas dedicadas a su cultivo.
La Comunidad Valenciana es la zona más productiva, con una producción de 2,2 millones de toneladas al año. En Andalucía encontramos comarcas en la rivera del Guadalquivir dedicadas a su cultivo, como Palma del Río o el Valle de Andratx.
Se cultiva bastante el Navel, una variedad subtropical de naranjo que se caracteriza por la calidad del producto. Este árbol ha encontrado en España el hábitat perfecto para su desarrollo. Para madurar necesita mucho sol y temperaturas altas en verano. El resto del año requiere una temperatura templada y ausencia de viento. Crece en suelos arenosos o franco – arenosos, profundos, secos y sin caliza. Un tipo de terreno habitual en el levante mediterráneo.
No realiza reposo invernal, tan solo una pequeña parada cuando bajan las temperaturas que propicia su floración en primavera. También necesita importantes precipitaciones para su crecimiento, algo que en nuestro país se suple con el riego.
La variedad más plantada es la Washington Navel, una naranja grande, sin semilla, que se consume en fresco como naranja de mesa, y que genera abundantes cosechas desde diciembre hasta mayo.
Por la propia práctica de los agricultores se han creado variedades propias, como la Valencia Late, una naranja redonda, más pequeña y con mucho zumo. Presenta una maduración tardía y se recolecta durante varios meses a partir de marzo.
Cuando consumir naranjas.
Una de las preguntas que nos podemos hacer es: ¿Qué es mejor beber la naranja en zumo o comerla como pieza de fruta? ¿Tomarla en el desayuno o en el postre de la comida? La verdad es que hay gustos para todo y tomándolas de una manera o de otra potencias, unos beneficios u otros.
Bebernos un zumo de naranja por la mañana, en la que hemos exprimido tres o cuatro naranjas, cubre nuestras necesidades diarias de consumo de fruta. Tiene un efecto purificador de nuestro organismo. Ayuda a que la vesícula biliar se vacíe y previene la acidez y pesadez en el sistema digestivo. Por otro lado, tiene un efecto energizante y revitalizante, ya que introducimos vitamina líquida en nuestro organismo que rápidamente pasa al torrente sanguíneo sin atravesar un largo proceso de digestión.
Por otro lado, al comer la naranja, en lugar de exprimirla, estamos aprovechando la fibra que contiene la pulpa. La cual tiene un efecto digestivo beneficioso. Las vitaminas y minerales de la naranja se metabolizan mejor al comer el fruto, en lugar beber su jugo. Esto permite al cuerpo dosificar la cantidad de nutrientes que va liberando progresivamente y el organismo lo aprovecha mejor.
La naranja se puede comer a cualquier hora del día. Tiene un efecto saciante y, además de no engordar, ayuda a quemar las grasas. La vitamina C convierte la fructosa en energía y la vitamina B 9 procesa la grasa que presente en la sangre y la elimina a través de la orina, en lugar de que se adhiera a las paredes de las arterias o se almacene en partes incómodas del cuerpo. La naranja es una buena alternativa para sustituir los picoteos entre horas y para terminar de una forma refrescante las comidas. Algunos médicos recomiendan no comerla por la noche, ya que por su acidez puede provocar pesadez y una digestión lenta.
Otra forma de comer naranja es utilizarla como un ingrediente más de la cocina. Su uso en ensaladas es interesante. Agrega un punto de acidez, de frescor y un toque dulce. La naranja combina bastante bien con quesos como el parmesano, el Gouda y el queso ahumado. Se puede utilizar en ensaladas con rúcula, achicoria o brotes, y queda muy sabrosa mezclada con salmón ahumado o con algún tipo de pato confitado. Es un ingrediente importante en conocidos platos como el pato a la naranja.
La naranja es una fruta que puedes tener en tu casa en cualquier época del año y disfrutar de ella como más te guste. Contribuye a que tengas una alimentación sana y equilibrada.