El desarrollo empresarial es algo por lo que todos los empresarios y trabajadores luchamos para poder lograr una mejor calidad de vida. En concreto, como empresarios buscamos producir y vender la mayor cantidad de producto al menor coste posible, para que así, nuestro beneficio sea mayor, por lo que confiamos en la tecnología para que, con su avance, cada vez automaticemos más procesos y estos sean lo más veloces posible para que podamos aumentar la producción. Si lo vemos desde el lado de los trabajadores, buscamos que la tecnología también avance, no obstante, en este caso, con el fin de que nos ayuden a hacer más llevadero nuestro trabajo diario, por ejemplo, ayudándonos a cargar los grandes pesos o a hacer las labores más complejas o incómodas que en nuestro desempeño del trabajo tengamos, eso si, procurando que estos robots, esta tecnología nunca llegue al punto de que nos sustituya y es que llegados a este punto, por coste, nos iríamos a la calle, puesto que al empresario le saldría más barato el robot que nosotros.
Cada vez más empresas tratan de automatizar sus procesos al máximo exponente y es que de esta forma, con una gran inversión y un retén de empleados para realizar el mantenimiento, pueden tener sus plantas de trabajo funcionando de forma ininterrumpida por cantidades de dinero mucho más módicas que si siguiese contratase más empleados para llegar al mismo nivel de producción. Sin embargo, en ocasiones, emplear demasiada automatización en los procesos sale caro y resulta que es hasta contraproducente, como le está pasando a la firma norteamericana de automóviles Tesla, que ha tenido que suspender la producción de su vehículo Model 3 de forma temporal para revisar detenidamente el proceso,y es que en palabras del presidente de la compañía, Elon Musk, quizá se hayan pasado con la automatización y eso les está retrasando en los tiempos de fabricación y entrega de su turismo económico.
Por motivos como este, los empleados, todavía tardaremos bastantes años en desaparecer de las fábricas, no obstante, para poder seguir rindiendo al máximo y hacer más complicada esta transición, debemos formarnos correctamente y asegurarnos de que corremos los menores riesgos posibles.
En el campo de la formación, en nuestro país existe una ley de prevención de riesgos laborales que todos los empleados y empleadores debemos de cumplir a raja tabla y es que, de lo contrario, podemos enfrentarnos a cuantiosas sanciones que nos harán replantearnos si volver a cometer una infracción en el futuro.
Si hablamos de la seguridad laboral, en este aspecto debemos pararnos para tratarlo más a fondo y es que aquí también influye tanto el trabajador como el empresario, por su parte, el empleador ha de proporcionar al obrero todos los elementos de protección individual para que desempeñe su actividad laboral con total seguridad y corriendo así los menores riesgos posibles, pero la obligación no queda aquí, puesto que el trabajador también tiene obligación a hacer uso de esos elementos que componen el equipo de protección individual y que son diferentes en función de los riesgos específicos que surjan en el desempeño de cada puesto de trabajo.
Si los trabajos se desarrollan en altura o en el subsuelo debemos tener unos cuidados especiales, por lo que contar con Traltur es una de las mejores ideas que podemos tener y es que ellos son especialistas en trabajos en altura y mantenimiento industrial, por lo que gracias a ellos, ya no nos tendremos que preocupar en encontrar ni formar trabajadores para desempeñar estas acciones tan concretas y específicas.
La prevención de riesgos laborales ya es mayor de edad en nuestro país
En España existe desde hace más de veinte años la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de riesgos laborales que recoge el conjunto de actividades, medidas adaptadas o previstas en cada una de las fases y actividades laborales de todas las empresas que operan en nuestro país con la finalidad de evitar o minimizar las posibilidades de que los empleaos sufran daños que se deriven del desempeño del trabajo, independientemente de que estos sean accidentes, enfermedades, patologías o lesiones. A esta ley debemos de sumarle los diferentes reglamentos que de ella se derivan y que sirven para establecer la forma en la que las empresas deben abordar los asuntos relativos a la prevención de riesgos laborales.