La calidad es un concepto bastante difícil de definir, y seguir la RAE, es una “propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor”. En el ámbito empresarial muchas empresas se llenan la boca con la calidad de sus servicios, pero ¿han hecho algún plan de control de calidad? Probablemente no.
Ahora que todo el mundo está digitalizado, es interesante ver las diferentes creaciones de las empresas de diseño web. Y aquí es cuando podemos ver los procesos de calidad del producto, ya que algunas webs no son las más adecuadas en términos de usabilidad, rapidez o optimización.
Esto es algo que no le pasa a Grupoom, una empresa con un equipo humano con más de veinticinco años de experiencia y más de tres mil trabajos realizados, que le permiten erigirse como uno de los grandes en la creación de diseño web creativa y multiplataforma en España.
En cualquier caso, lo que queremos destacar es que la calidad de los servicios es importante, ya que es una manera de mostrar a nuestros clientes cuáles son nuestros estándares. Y por otro lado también mostramos a los futuros clientes cuál es nuestro estándar de calidad, lo que le dará confianza.
A la hora de crear los documentos que certifiquen la calidad, hay que hacerlo respaldado por un Plan de Control de Calidad, que especifica cuales son los controles que se aplican a cualquier proceso o conjunto de procesos que tienen la finalidad realizar un producto o servicio.
En el artículo de hoy vamos a hablar de cómo podemos realizar planes de control de calidad útiles que nos permitan sacar partido de la experiencia. En este sentido, la planificación es una parte muy importante, ya que una vez que se elabore tendrá que aplicarse dicho Plan, y eso suele llevar cambios y inversión.
Los pasos del Plan de Control de Calidad
En primer lugar, empezamos a elaborar el Plan de Control de Calidad, y el primer paso es Definir Definir completamente qué etapas comprende la fabricación (o prestación de servicio), qué medios productivos se van a utilizar (máquinas y herramientas), qué materias primas, cuántas personas y qué competencia deben tener, qué procedimientos de trabajo se van a utilizar, qué aspectos legales y reglamentarios afectan, cuáles son los requisitos del producto, etc.
En la práctica, buena parte de esta información se suele determinar gráficamente en un documento denominado sinóptico del proceso (también conocido como diagrama de flujo del proceso y otras variantes). El sinóptico del proceso estructura el campo de trabajo en etapas, que serán utilizadas en todo el proceso de diseño del plan de control. Como se ha indicado anteriormente, el diseño del plan puede modificar la forma de trabajar y/o enriquecerla. Con lo cual modificará y/o añadirá nuevos elementos al sinóptico.
A continuación, hay que analizar los riesgos asociados a la realización de cada una de las etapas determinadas. Comúnmente conocido como AMFE (Análisis del Modo de Fallo y sus Efectos) en castellano, AMDEC en francés, o FMEA en inglés, este análisis evalúa y puntúa cada uno de los riesgos asociados a la fabricación o prestación de servicio según su gravedad, ocurrencia (la probabilidad de que ocurra), y detección (probabilidad de que el problema sea detectado cuando aparezca), para obtener, producto de los tres, un índice denominado Índice de Prioridad del Riesgo (NPR en inglés).
Un Plan de Control de la Calidad pretende garantizar que el producto resultante cumpla los requisitos. Para conseguir este fin, parece lógico que analicemos primero qué puede ir mal, qué puede fallar. AMFE no es más que una técnica estructurada para evidenciar los puntos débiles del proceso y obtener una ponderación de estos riesgos.
Por último, vamos a documentar todo en un Plan de Control. Si hemos hecho correctamente las etapas anteriores, dispondremos de toda la información necesaria para hacerlo. Se trata de documentar como mínimo especificar etapa por etapa de la realización del producto qué características debe cumplir el producto, con qué medios productivos se transforma, y qué variables se controlan y cómo; especificar los controles de calidad realizados por laboratorios. Ensayos sobre materias primas, productos semi-procesados, o sobre el producto final; y por último, especificar las auditorías de producto o de proceso que se vayan a realizar.