Sufrir una discapacidad es algo que condiciona una vida, como seguramente sepáis. Y la verdad es que, tarde o temprano, a todos nos toca esa “suerte”. Hay gente que la sufre desde el mismo momento en el que nace y que nunca va a poder tener una vida normal, por desgracia. Pero, aunque no tengamos ninguna en el momento de ser jóvenes, es posible que con el paso de los años la vayamos teniendo. Como probablemente ya sepáis, cuando somos mayores vamos teniendo problemas de movilidad y eso nos obliga a tener una cantidad de limitaciones muy grande en muchas ocasiones, muchas veces tantas como alguien que pudiera no tener una pierna.
Este es el motivo por el que hay un total de 1.000 millones de personas en el mundo que sufren discapacidad, de acuerdo a lo que apunta una noticia que fue publicada en la página web del diario El Mundo en 2011. Y estamos seguros de que, década y media después, la cifra habrá crecido por una simple cuestión estadística. Ahora somos más personas en el mundo que hace década y media y no cabe la menor duda de que eso aumenta las posibilidades de que haya más gente con discapacidad, con independencia de qué tipo de discapacidad sea. Y, como es lógico, hay que poner todos los recursos posibles para que la vida sea lo mejor posible para esas personas.
Hay problemas especialmente graves en lo que respecta a las discapacidades. Imaginaros que hubierais perdido un brazo en algún momento de vuestra vida o que hubierais nacido sin pierna. Lógicamente, la vida no se convierte en algo fácil para una persona cuando su situación pasa a ser esa y la verdad es que la sociedad tiene que plantear soluciones para que esas personas puedan vivir con la dignidad suficiente como para ser felices, que es algo que todo el mundo se merece y que, desde luego, tenemos que promover totalmente. La verdad es que estamos hablando de algo que condiciona una vida y que seguro que va a requerir de la ayuda de mucha gente.
Una de las discapacidades más grandes es la que se encuentra relacionada con la falta de una extremidad, como lo puede ser un brazo o una pierna. Está claro que la tecnología tiene que servir para potenciar todas las soluciones que puedan arreglar el problema para las personas que lo sufren y, en ese sentido, tenemos que decir que estamos en un buen momento porque existen productos como lo son las prótesis biónicas. En Limbium, una entidad que se encarga del desarrollo de este tipo de productos y que están centrados en productos que sobre todo sean adaptables para la persona concreta que los va a usar, nos han indicado que los niveles de bienestar y calidad de vida para las personas que los tienen ya se asemejan a los de una persona que conserva todas sus extremidades.
Cosas como esta cambian vidas y hacen posible que tengamos muchas más papeletas para ser felices, que es algo que todos perseguimos y que todos queremos conseguir. Nadie merece tener que enfrentarse a una vida en la que una discapacidad limite sus posibilidades y la verdad es que, durante la Historia, ha habido mucha gente valiente que se ha encargado de demostrar que se puede ser feliz y muy competente incluso con esa situación a cuestas, lo que no implica que no sea óptimo que objetos como de los que hemos hablado existan y haya que disponer de ellos en cualquier parte del mundo.
Eso último que decíamos en el párrafo anterior, por desgracia, no es para nada así y lo sabemos. No es lo mismo que nos encontremos en Estados Unidos, en Japón o en la Unión Europea, países donde la tecnología está más que desarrollada, que nos encontremos en algún país de África y Sudamérica, que todavía tienen índices muy pequeños de desarrollo. Es mucho más fácil acceder a un elemento como del que hemos hablado en los primeros, siendo casi una quimera en los segundos. El de conseguir que objetos así lleguen a todo el mundo es un reto que nos debemos marcar pero que no pertenece solo a una persona o empresa.
Es verdad que muchas personas que no cuentan con un brazo, por ejemplo, hacen cosas que otros no podríamos para apañárselas en lo que respecta a las acciones cotidianas que se realizan en la vida diaria. Habremos observado que este tipo de personas puede coger cosas con los pies con suma facilidad y es que esto, de acuerdo con lo que apunta una noticia del portal web Infosalus, se realiza con el mismo área del cerebro humano que las demás personas usan para coger cosas con las manos. El cuerpo humano es un auténtico misterio y esta es una de las cosas que más lo pone de manifiesto. Hay muchas otras cosas más, eso por supuesto.
Una vida que merece la pena ser vivida
En muchas ocasiones, las personas que no tenemos discapacidad tenemos la mala costumbre de quejarnos por cualquier cosa, aunque sea meramente insignificante. Este es un vicio que deberíamos corregir y, para ello, lo que tendríamos que hacer es fijarnos en cómo afrontan la vida muchas personas con discapacidad, por ejemplo a causa de la falta de un brazo o una pierna. Muchas de esas personas son ejemplos de superación, de ambición y de querer vivir la vida. Y podéis dar por hecho que no lo han tenido nada fácil en absoluto. Por tanto, vamos a quejarnos menos y a tener otra actitud ante la vida, aunque tengamos pequeños problemas.
Y es que toda vida merece ser vivida, con independencia de cuáles sean las circunstancias en las que tengamos que vivir o que nos hayan tocado en suerte. Siempre hay una salida para intentar sonreír, para intentar hacer mejor nuestra existencia. Es verdad que muchas veces cuesta encontrarla, pero lo que no podemos hacer es parar de buscarla. Y creemos que las personas que tienen alguna discapacidad son verdaderas abanderadas de ese movimiento. Ojalá todo el mundo tuviera la actitud que tienen ellas ante el mundo porque de verdad pensamos que muchas cosas de las que ocurren en este planeta serían de otra manera.
Las ganas de pasarlo bien, de disfrutar de los nuestros, de vivir la vida… no se pierden por haber perdido un brazo o una pierna. Puede tener consecuencias psicológicas en un principio, es normal, pero derrumbarse no tiene que ser una opción. Eso sí: reconocemos que es mucho más fácil venirse arriba en lugares donde sabemos que vamos a poder encontrar soluciones que en otras zonas del mundo donde se es consciente de que los avances tecnológicos que permiten obtener esas soluciones no llegan. Ojalá esa situación cambie y todo el mundo tenga la oportunidad de superar la pérdida de alguna parte de su cuerpo. Sería, además de fantástico, lo más justo para todo el mundo.
¿Qué podemos esperar del futuro? No cabe la menor duda de que vamos a tener muchas áreas de mejora en lo que respecta a la integración que tienen las personas con discapacidad en España. Estamos dando pasos hacia delante en ese sentido y la verdad es que podemos estar muy orgullosos de eso, pero tened en cuenta que el progreso tiene que seguir estando ahí, que no podemos conformarnos con los avances que se han ido produciendo porque sigue habiendo necesidades por cubrir y que tenemos que poner en el centro. Ojalá que, dentro de algunos años, cuando echemos la vista atrás, tengamos la oportunidad de sentir orgullo de todos los avances que hemos ido dando y de las personas a las que esos avances les ha solucionado la vida.
Merece la pena que intentemos construir una vida mejor para todo el mundo. Creemos que un mundo que sea mejor depende en buena medida de las personas que lo componen y los avances científicos y tecnológicos que esas personas vayan pudiendo proporcionar a la gente que les rodea. Lo que nos diferencia de los animales es precisamente eso y tenemos lo que hay que tener para construir ese mundo mejor: los conocimientos y el cerebro. Eso sí: deben ser puestos al servicio de la bondad y de la generosidad y no de los señores de la guerra o de otras personas de dudosa reputación.
Creemos que se puede conseguir ese mundo mejor y que una de las mejores maneras que podemos tener de conseguirlo es empezar por ayudar a las personas que cuentan con alguna discapacidad. Hacer que las personas que tienen otras condiciones físicas puedan formar parte de la sociedad es una de las mejores maneras para que demostremos que todo el mundo tiene cabida en esta sociedad. Y es que nadie merece quedarse fuera y ser considerado como distinto, sobre todo en lo que respecta a sus derechos y deberes. Ojalá que podamos vivir para ver cumplido este sueño.