La maldita crisis sanitaria del coronavirus (COVID-19) ha provocado muchos cambios de hábitos, y los que provocará. Pero hay uno que hemos vivido en nuestras propias carnes desde los primeros días. Después de muchos años de reclamaciones ha llegado a España el teletrabajo. Una medida que en muchos países de la Unión Europea, los más avanzados, se venía haciendo desde hace mucho tiempo, y que ahora parece que las empresas nacionales (y el Gobierno) han descubierto. Aunque durante esta puesta en marcha se ha comprobado que todavía hay muchas dudas.
Ventajas de trabajar en casa
La más lógica es la flexibilidad horaria. En una sociedad como la nuestra donde apenas tenemos tiempo para nada, el poder adaptar el trabajo al resto de tu vida es una posibilidad que permite no tener que dejar de lado cosas que nos gustan hacer. La principal ventaja es esta, aunque es cierto que tienes que ser consciente que hacer teletrabajo no quiere decir estar de vacaciones.
Por fin vas a poder realizar un sueño que se lleva persiguiendo desde hace muchos años: la conciliación de vida laboral y familiar. Ya sea familiar, con amigos o simplemente personal, trabajar de manera que se pueda dedicar tiempo a todo aquello que sea importante es algo que cualquier empleado agradecerá. Es el momento de saber adaptarse a los nuevos tiempos. Ya no tendrás que esperar a volver de trabajar para poder jugar con tu hijo o para tomarte un aperitivo junto a tu pareja.
Como te decíamos antes, dirás adiós a los trayectos largos en transporte público o en coche. El teletrabajo te permitirá suprimir este tiempo y dinero desaprovechado para dedicarlo a otras cosas. Por otro lado, la falta de desplazamiento supone una flexibilidad geográfica a la hora de buscar talento que beneficia tanto los profesionales como a las mismas empresas.
¿Por qué no ha llegado hasta ahora?
Y si todo son ventajas, porque todavía no está instaurado el teletrabajo en todas las empresas que así pueden permitírselo. Pues por una serie de razones que van en nuestro ADN, sobre todo en el de los españoles, que no acabamos de adaptar a la nueva estructura laboral.
En primer lugar porque requiere autodisciplina. Es decir, hay que confiar en la capacidad del trabajador, de su propia capacidad de gestionar el tiempo y las tareas de manera óptima no siempre es una tarea fácil. Ya no tendrá encima al jefe para controlar la situación.
Durante este confinamiento, muchos son los que han asegurado que se trabaja más desde casa que en la oficina. Al no recoger las cosas e irse del sitio de trabajo, es más difícil a nivel individual marcarse una clara diferenciación entre la vida personal y el trabajo. Definir el punto que es el final de uno y el inicio del otro resulta más complicado.
Es casi imposible o por lo menos muy difícil inculcar verdaderamente la cultura de la empresa, transmitir sus ideales y fomentar la cultura conjunta cuando los empleados no están físicamente dentro de la empresa.
La duda que siempre le surge al empresario es saber si el empleado cumple con las horas de trabajo en su casa. En teoría habría que pensar que sí, y en encomendarse a la buena fe del trabajador, pero sabemos que vivimos en España, donde la picaresca es el deporte nacional, y por tanto, eso del acto de fe siempre se pone en duda. Una buena elección para la empresa es controlar el horario de sus empleados con un sistema de registro de jornada laboral. Con Timenet podrás seguir cumpliendo con la Ley del Registro Laboral incluso cuando los empleados realicen teletrabajo. Tan sólo, se necesita un dispositivo, ya sea ordenador, tablet o smartphone con conexión a Internet para poder registrar sus horas de trabajo.
Timenet permite controlar fácilmente desde que dispositivo y localización realizan los marcajes sus trabajadores. En el caso del teletrabajo, esta es una herramienta muy útil porque podrá revisar sobre un mapa dónde está cada trabajador en el momento del marcaje. Y los empleados correctos tampoco tendrán que preocuparse porque en el caso de hacer horas extras también quedarán registradas. Unas horas que posteriormente se reclamarán a la empresa. Una medida con la que creemos que las dos partes salen ganando.
Otras herramientas como Trackpeople, otra aplicación móvil para fichar en el trabajo, aportan ventajas extra para el empresario ya que, esta por ejemplo, permite señalizar en un mapa el lugar exacto donde se encuentra el trabajador en ese horario de trabajo. Puede parecer algo drástico, incluso ilegal, pero no lo es cuando hablamos de comerciales que viajan mucho o de empresarios que han de estar de aquí apra allá ya que nos ayuda a localizar a nuestro trabajador para poder ayudarle a gestionar su tiempo de trabajo.
El empresario también tiene que cambiar la mentalidad y ver el lado bueno. Los resultados lo demuestran y los estudios lo corroboran. Un trabajador feliz, dedicado, contento son su puesto de trabajo y con la libertad de hacerlo desde donde quiere y, más o menos, cuándo quiere es la clave para alcanzar objetivos.
Pero ojo, que el teletrabajo también pueden ser el blanco de los hackers, así que habrá que tenerlo en cuenta y estar más atentos que nunca. Lo ideal es no abrir nada que no venga de un remitente de confianza, y digo remitente (es decir, que hay que ver el correo desde donde se ha mandado el email) ya que a veces llegan a nuestra bandeja de entrada correos electrónicos que parecen reales, ya ea de bancos, supermercados o incluso de hostings de webs, pero están enviados desde correos falsos y ahí está la clave para identificarlos.
Así es como llega el teletrabajo a nuestras vidas. Un concepto que, a pesar de tener algunos factores negativos, realmente puede ser bueno para los profesionales. Actualmente, algunas empresas buscan implementar el concepto sin llevarlo al extremo, creemos que esa es la mejor forma de hacerlo. Poco a poco.