Todo el mundo tiene un sofá en su salón. Este elemento indispensable dentro de la vivienda es uno de los muebles a los que se presta mayor atención. En primer lugar, porque la mayoría de los humanos, pasamos muchas horas sentados en él. Elegir un sofá acorde con el presupuesto, los gustos, las dimensiones, la decoración, etc. puede resultar una tarea complicada para los más exigentes. A otros, les basta con que sea cómodo y, si acaso, bonito. Una de los factores mas importantes a la hora de elegir un sofá es, como nos indican desde Curtidos y Tapicerías, expertos tapiceros profesionales, es justo la tapicería.
La diferencia entre un sofá para toda la vida y uno de paso, reside en gran medida en la tapicería del mismo. Por ejemplo, esta tela de cebra es perfecta para tapizar, por su alta calidad y su acabado antimanchas, pero de esto hablaremos más adelante. Obviamente, la estructura y los materiales del sofá, juegan un papel más que importante, pero la tapicería, el acabado del mismo, no solo va a aportar diseño a la casa, también durabilidad.
A priori puede resultar algo trivial, sin embargo, la elección de la tapicería del sofá conlleva tener en cuenta una serie de características como el color, la combinación con el resto de mobiliario, los materiales, la comodidad que ofrezca y, si tapizarlo puede ser una buena idea o es mejor hacerse con otro. Muchas veces, tapizar un sofá es una excelente opción si la tapicería esta dañada o no nos gusta por la razón que sea.
Si tenemos la intención de tapizar nuestro sofá, hay que tener en cuenta una serie de factores y cuestiones, antes de premeditar la decisión de llevar el sofá al tapicero para que lo ponga a nuestro gusto y le de una nueva vida.
Tapizar un sofá es un proceso mediante el que se recubre el mueble con materiales confeccionadas exclusivamente para tapicería. El recubrimiento se realiza sobre la propia estructura del sofá, los sillones acolchados, los respaldo y los brazos. Lógicamente, previa eliminación de la tapicería anterior.
Gracias a la tapicería del sofá, se mejora el confort del mismo y se alarga su vida útil. Está es sin duda, la razón más obvia y evidente por la que se suele tapizar un sofá. Además, que puedes mediante el tapizado, cambiar el diseño del mismo para que encaje mejor con la decoración de la estancia.
Aunque los sofás ya vienen diseñados de fábrica y lo elegimos en la tienda en función de nuestros gustos y demás, también pueden comprarse de diseño personalizado, a nuestro gusto indicando medidas, dimensiones, color y tapizado. No obstante la mayoría de los tapizados que se llevan a cabo es para la restauración de sofás que, debido al paso del tiempo, se ven deslucidos.
Materiales más adecuados para tapizar sofás
Como sucede con todo en esta vida, la elección del material o la tela más adecuada para tapizar un sofá, va en función de las necesidades y gustos particulares. Por supuesto, también depende de las características y prestaciones que ofrece cada una de las telas disponibles. En el mercado podemos encontrar infinidad de materiales como la microfibra, tejidos de algodón, lino, piel, chenilla…
Partiendo de este amplio surtido, lo primero que hay que plantearse es si la opción preferente es la tela o la piel. En el caso de la piel hay que tener en cuenta el grosor; a mayor grosor, mayor resistencia y calidad. Para la tela, influyen notablemente las características propias de cada tejido. Actualmente, existen materiales capaces de repeler las manchas.
Un factor añadido a la tela, es la infinidad de estampados, colores y tipos que ofrece. Las telas estampadas, ofrecen diseños bonitos, vistosos pero a la larga, aburren y resultan más difíciles de combinar con el resto del mobiliario.
Veamos uno a uno los diferentes materiales utilizados para tapizar sofás.
Uno de los más populares es la piel. En colores negro, marrón e incluso blanco, la tapicería de piel destaca por su resistencia al desgarramiento y los impactos. Se limpian fácilmente, con un paño húmedo frotando el tapizado y como nuevo. En verano resultan más calurosos e incómodos que los de tela, sobre todo, si vistes pantalón corto o falda.
Dentro de la tapicería de pies, hay que distinguir entre piel y polipiel. Estos últimos son más económicos, menos deformables y envejecen antes. Los sofás de piel natural tienen una vida más larga, durando hasta veinte años con los cuidados mínimos.
El algodón, presente en todo tipo de tejidos y telas, es una fibra natural excelente para tapizar sofás. Respetuoso con el medio ambiente, controla la humedad y resulta agradable al tacto. Una de sus desventajas es que se arruga con facilidad.
Por otro lado, encontramos materiales sintéticos para tapizar sofás. En este plano, son muchos los materiales que podemos encontrar, desde la chenilla al terciopelo, pasando por la seda. La chenilla es una mezcla de poliéster, acrílicos y algodón que resulta agradable al tacto, no se arruga y aporta bastante calidez.
El terciopelo es ese material suave y elegante que a todo el mundo gusta acariciar. A su vez, resulta más delicado que el resto, como sucede con la seda. Este tejido de pelo corto y densos, se distribuyen en forma de hilos de manera uniforme. La seda, destaca por su tacto agradable y la elegancia que aporta.
Los materiales más innovadores, ofrecen prestaciones diferentes. Cuentan con micro fibras repelentes al agua y resistentes a las manchas. Este tipo de tejidos se ha convertido en uno de los más recomendados por los tapiceros debido justamente a estas propiedades. Su limpieza y mantenimiento es sencilla, basta con un poco de agua para eliminar cualquier mancha.
Si te has decidido por tapizar el sofá de tu casa, sea por la razón que sea, lo mejor es dejarse asesorar por un experto para elegir el material que más te convenga. No se da el mismo uso al sofá en una casa de soltero que en una vivienda familiar.
Limpieza de la tapicería
A continuación, unos consejos generales sobre la limpieza de las tapicerías. Aunque cada uno de los materiales, cuenta con una serie de características propias que pueden necesitar cuidados más o menos específicos, estas recomendaciones son útiles a nivel general:
- Mantener alejada la superficie de cualquier fuente de calor como estufas, chimeneas, radiadores, etc.
- No aplicar sobre las diferentes piezas que componen el sofá, líquidos o humedecer en exceso, aunque sea con intención de limpiarlas. Tener en cuenta que el sudor puede ensuciar y generar manchas en la tapicería.
- Evitar la utilización de aspiradores domésticos para eliminar el polvo. Estos aparatos, extraen las fibras interiores que componen los rellenos y acolchados, de forma que se rompe su estructura y provoca deformaciones.
- No utilizar ningún tipo de producto químico como alcohol, amoniaco u otros, para limpiar la tapicería.
- Para eliminar el polvo, la mejor alternativa es pasar un trapo limpio y levemente húmedo; después, sacudir las superficies y relleno de los cojines para extraer el polvo que pueda haberse acumulado en el interior. También puede utilizarse un cepillo de pelo suave y pasarlo por la superficie.
- Evitar el contacto de la superficie del sofá con objetos punzantes o metálicos como, cremalleras, remaches, botones, etc. puesto que pueden engancharse, agujerear o rajar la superficie.
- En el caso de que se derrame un líquido sobre el sofá, utilizar un papel absorbente para secar y extraer toda la humedad posible desde dentro, hacia afuera. Procurando que el líquido no penetre en el interior del sofá y dejar que se seque de forma natural, sin utilizar secadores u otros aparatos para acelerar el proceso.
- A la hora de eliminar las manchas, se aconseja en primer lugar, hacer una prueba en alguna zona poco visible, como la parte baja del respaldo. Si la prueba da buen resultado, se puede proceder a limpiar la zona manchada. Conviene hacerlo con movimientos circulares, de exterior a interior de la mancha y no al revés, de esta manera, evitamos que se extienda.
A parte de estos consejos generales para mantener en perfecto estado la tapicería, cada fabricante, proporciona instrucciones precisas y especificas sobre como llevar a cabo la limpieza del sofá. Por otro lado, existen servicios profesionales que se encargan de dejar los sofás como nuevos sin tener que desplazarte. Lo importante es mantener la tapicería limpia de manchas y evitar riesgos innecesarios.
La mejor opción en cuanto a materiales para tapicería debe ser la más todo terreno. Que soporte el paso del tiempo, fácil de limpiar, cálida en invierno, pero no tanto en verano y, por supuesto que nos guste y resulte agradable tanto al tacto, como a la vista.
Hay sofás en los que te sientas y ya no te quieres mover de ahí. Eso es, en gran medida, gracias a la tapicería. Una tapicería cómoda, que no resbale al sentarse pero que tampoco se pegue a ti como una lapa, es la más adecuada. En cuanto a la variedad de diseños, colores y estampados, el material que más opciones ofrece, siempre será la tela, puesto que la piel, o sus imitaciones, solo ofrecen colores neutros y lisos.