El concurso de acreedores es el procedimiento judicial para resolver las situaciones de insolvencia de la empresa, bien sea inminente o actual, que pretende proteger de un lado a los acreedores y de otro a la empresa concursada para que continúe con su actividad y evitar la responsabilidad personal de los miembros del órgano de administración. Si llevar a cabo un concurso de acreedores en Albacete es la solución que ves para tu empresa, Cetefin puede asesorar y guiarte durante el proceso salvaguardando siempre sus intereses.
El nombre que normalmente se usar para denominar este procedimiento único es simplemente el de “concurso”, que es una expresión clásica que, desde los tratadistas españoles del siglo XVII, fundamentalmente de Amador Rodríguez (Tractatus de concursu, 1616) y de Francisco Salgado de Somoza (Labyrinthus creditorum concurrentium, 1646), pasó al vocabulario procesal europeo. Esta expresión, como explicábamos, describe la concurrencia de los acreedores sobre el patrimonio del deudor común.
Cuando se llega a este proceso, se está en una situación de insolvencia, que se concibe como el estado patrimonial del deudor que no puede cumplir regularmente sus obligaciones. El concurso puede ser necesario o voluntario. Los legitimados para solicitar el concurso del deudor (sus acreedores y, si se trata de una persona jurídica, quienes respondan personalmente de sus deudas) han de basarse en alguno de los hechos reveladores de la insolvencia. Incumbe al solicitante del concurso necesario la prueba de los hechos en que fundamente su solicitud. Con esta solicitud se deberá justificar su endeudamiento y su estado de insolvencia, no solo actual, sino futuro. De hecho, se puede uno adelantar previendo la insolvencia. El sistema legal combina así las garantías del deudor con la conveniencia de adelantar en el tiempo la declaración de concurso, a fin de evitar que el deterioro del estado patrimonial impida o dificulte las soluciones más adecuadas para satisfacer a los acreedores.
La declaración de concurso, por sí sola, no interrumpe el ejercicio de la actividad profesional o empresarial del deudor, sin perjuicio de los efectos que produce sobre las facultades patrimoniales de este ; pero goza el juez del concurso de amplias potestades para acordar el cierre de sus oficinas, establecimientos o explotaciones, e incluso, cuando se trate de una actividad empresarial, el cese o la suspensión, total o parcial, de esta, previa audiencia del deudor y de los representantes de los trabajadores.
Dónde asesorarse
Lo que a simple lectura parece un procedimiento muy simplificado, lo cierto es que tiene diferentes fases y no es para nada sencillo, pero sí muy común. Sin ir más, el Albacete Balompié, como muchos otros clubes de fútbol, pasó por este trance hace no mucho. Tanto si uno es acreedor como si es quien se presenta al concurso, conviene estar asesorado por un profesional que sepa gestionar todos los pasos. En Cetefin, en Albacete, están especializados en este tipo de trámites y son de mucha ayuda para los menos duchos en la materia.
Los concursos de acreedores son unas situaciones muy delicadas en las que es muy importante contar con un asesoramiento experto para la resolución de las mismas. Ellos, como administradores concursales designados por el juzgado, tienen la experiencia y profesionalidad necesarias para el asesoramiento privado a empresas que estudian la posibilidad del concurso de acreedores en Albacete.